Orange
La implantación de una nueva marca a nivel nacional es una experiencia que recomendaría a cualquier creativo o diseñador que se precie. Pasar de una marca posicionada y con personalidad a otra desconocida y con toda una identidad por definir fue tan traumático como apasionante.
Es lo que me sucedió estando en Relaciona cuando Amena desapareció para hacer sitio a Orange. Algo positivo es que los manuales de identidad eran detalladísimos, algo malo era que la comunicación era muy aséptica y apenas nos dejaron margen de acción en un principio.
Conforme fuimos avanzando pudimos ir haciendo hueco a ideas que funcionaron en la anterior marca y la central pensó que dejarnos algo de margen para adecuar la marca al público objetivo español (ya que los referentes eran ingleses y franceses) podría ser un acierto.
Llegados a este punto pudimos trabajar con siluetas, juegos tipográficos y alguna que otra ilustración, y tener más libertad en la comunicación interna (planes de incentivos, eventos, convenciones…). Sin duda fue una experiencia interesante.