Si te llamas Sofía o José María, no esperes que confíe en ti. Posiblemente piense que eres un robot.
Esto no se debe a que tenga una fijación extraña por estos nombres. Esta decisión draconiana, se debe a la nueva tendencia en Linkedin: Los perfiles generados por inteligencia artificial.
La humanidad ha demostrado que poner una herramienta al servicio de cualquier persona, tiende a generar todo tipo de aberraciones porque los inconscientes y los malintencionados son los primeros a apuntarse a cualquier historia. Están siempre a la vanguardia de la poca vergüenza.
No sabemos si en este caso se trata más de los primeros o de los segundos, pero desde que la inteligencia artificial se ha democratizado, se nos ha llenado Linkedin de bots o de unos torpísimos ladrones de guante blanco.
Hace poquito me llegó la solicitud de contacto de una tal Alicia, que mostró un interés desmedido por mis dos últimas publicaciones pese a ser bastante personales y sin conocerme absolutamente de nada. Además me mandó una solicitud de contacto en la que se deshacía en elogios sobre mis aptitudes en trabajos muy concretos elaborados en empresas específicas en las que he estado.
Será que tengo la autoestima bajísima, pero que me regalasen los oídos tan gratuitamente me resultó extraño.
en su perfil, leí que esta argentina se definía como una «Hacker Business Marketer especialista en IA». Tenía una empresa con su propio nombre, un curriculum bastante coherente y una fotografía de perfil muy buena… demasiado buena.
Fue mi cerebro de apasionado del naming el que me hizo saltar las alarmas: ¡ALIC-IA!
Efectivamente, esas fotografías vistas con mas detenimiento cantaban muchísimo a haber sido generadas por inteligencia artificial. El texto de solicitud de contacto no era fluido y forzaba muchísimo incluir los nombres de los proyectos, empresas y aptitudes citados.
Todo indicaba a que habían volcado todos mis datos en una IA y la buena de Alicia (si es que ese era su verdadero nombre) había generado un texto para seducirme y que la incluyera entre mis contactos. El caso es que tenía un perfil premium y supongo que parte de ese proceso necesita contar con algún tipo de verificación ¿no?
Mi vena paranoica comenzó a activarse y se fijó en que nuestros contactos en común son de esos perfiles que aceptan cualquier solicitud y que los que no conocía de nada eran tan sospechosos como ella misma. A estas alturas cualquier persona desconfía ante unas señales tan claras.
Incluso empecé a sospechar si las empresas en las que había trabajado o los centros de estudios donde había cursado su formación existían realmente o no. Esos logos podrían haber sido generados también por IA. Al fin de cuentas ¿Quién comprueba la veracidad de esas cosas en una cosa tan inabarcable como Linkedin?
Alicia era bastante activa en cuanto a publicaciones e interacciones y todo el afán de este perfil era lograr que la contratases para captar clientes, pero con esta manera de actuar dudo que sólo un puñado de incautos le abran la cartera. Así que no piqué y terminé ignorando su solicitud de contacto.
El simple hecho de que hubiera volcado mi perfil en Chat GPT para mandarme ese texto ya me hacía sentir los suficientemente invadido como para darle acceso a más de mis datos. Tiemblo sólo al pensar qué habría hecho para intentar sacarme unas perras ¿Quizás chantajearme con difundir fotografías generadas por Midjourney en las que se me viera en una actitud cariñosa con el Rey Emérito en un yate?
Puede que mis sospechas fueran ciertas o puede que esté imaginándome todo esto. Lo que está claro es que, si la mayoría de tu contenido está generado por IA ¿Cómo podemos estar seguros de que eres una persona real? Y es más ¿Qué mérito tiene lo que haces o qué dice de ti que actúes de esta manera?
¿Crees que por usar los pormpts adecuados para engañar a un puñado de usuarios en Linkedin se te van a abrir las puertas de las empresas? ¿Crees que tus clientes podrían fiarse de ti al 100% sabiendo cómo actúas? Es muy posible que si piensas así, seas más inconsciente que malintencionado.
Por si acaso, si te llamas Julia, Nuria o Lucía, que no te extrañe que antes de aceptar cualquier propuesta que me envíes, te pase un CAPTCHA para saber si eres o no humana.
A estas alturas me temo que mi mantra a la hora de relacionarme en redes será: Ante la duda, desconfÍA.
Deja una respuesta