Si hiciste minería de sofá con la esperanza de encontrar la moneda definitiva que te llevara a la victoria del jefe final en tu recreativa predilecta, estás en el sitio adecuado. A nuestros brazos, hermano. Aquí eres bienvenido y comprendido porque, en esta generación de outsiders, quien más y quien menos se ha gastado la paga de una semana en llenarle los bolsillos al bar o a la sala recreativa de turno.
Si los arcades fueron tu gloria y tu perdición, hoy tienes un motivo para alegrare porque la Vinileta y yo hemos hecho una nueva colaboración para poner en el mercado una camiseta que te represente al 100%.
«Maquinitas ruined my life» es nuestro llanto y nuestro grito de guerra, y la ilustración que representa a un cuarentón cagándose en su calavera frente a un máquina recreativa es viva imagen de lo que somos ahora: Una generación de visionarios con los bolsillos vacíos de pesetas y llenos de una nostalgia enfermiza.
Estampada a mano en DFT sobre una flamante camiseta 100% algodón (modelo de hombre o mujer) en color blanco o negro de esa talla que tanto te ha costado alcanzar. Podéis encontrarla en la tienda online y os llevará directo a la web de La Vinileta para que realicéis vuestra compra por 16 eurillos.
Y para celebrar tan magno evento he inaugurado una nueva playlist de Spotify con la más gloriosa música de videojuegos en sus versiones más casposas. Esas canciones que te atormentaban día y noche a golpe de ayuken. La he bautizado con un aullido que proyecta todas nuestros deseos como míseros mileuristas que se dejaron los cuartos cuando aún había esperanza de cobiljarte bajo tu porpio techo: ¡ARCADE, DAME UNA CASA!
¿Y sabes por qué coño hay tantas versiones de música de videojuegos en clave metal? Pues porque nuestra infancia fue jodidamente dura y la única manera que tenemos de señalarlo es hacer covers chungas de música de 8 bits como si fuéramos el puto Eddy Van Hallen. Así de ridículos somos… ¡Y a mucha honra, oiga!
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