Mucho se ha hablado del poder curativo de la música o su capacidad para calmar a animales y personas. Todos esos usos son muy loables, pero palidecen ante la capacidad de que te pongas música y dejes la casa como los chorros del oro en lo que dura una película de las malas de Antena 3 SIN ANUNCIOS. Justo para eso creé mi playlist: Patadas en el culo.
Podría contaros que intentaba hacer una selección de temas de manera armónica para aumentar mi productividad, estabilizar mis biorritmos o alinear mis chacras, pero no. Seleccioné canciones que me pusieran un petardo en el culo y me hicieran limpiar la casa folladísimamente, ya fuera por el ritmo o por la carga épica y energética de las canciones.
El caso es que pasé de limpiar la casa al completo de 5 horas a 3 y media, y eso es maravilloso. Hay quien se cuestiona si dedicar tiempo y esfuerzo al arte es más o menos útil que hacerlo en investigación científica o en socializar. Desde aquí (que no me lee ni Cristo) os digo que sól0 por esa horita y media que me ha hecho ganar, es para comerle los huevos al puto Johan Sebastian Bach.
Gracias por la música (que nos hace mágicos) y gracias por los temarrazos que he logrado recopilar en Patadas en el culo por hacerme pasar la fregona a la velocidad del sonido.
Si queréis alcanzar la gloria como yo poséis echarle un oído a mi playlist en ESTE ENLACE y pillarla de base para implementar vuestras propias canciones para elaboraros la lista que hará que Don Limpio parezca un hippy desarrapado a vuestro lado. Para más momentos musicales podéis echar un vistazo a las playlist que tengo en abierto en mi perfil de Spotify.
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