SERIES
PARASYTE: THE MAXIM 1T (NETFLIX): En esta mi humilde pantalla, siempre habrá sitio para las series y películas con premisas jodidamente locas. Este es el caso de una de ellas. Un alienígena que no es capaz de llegar al cerebro de su huésped y tiene que convivir con é en forma de mano derecha ¡Dispara, anime! Tienes toda mi atención. Pero como siempre ocurre, las premisas son sólo eso, y es muy complicado mantener el nivel de un inicio tan poderoso. Después de un poco de contexto la cosa pasa a ser un sucedáneo de zombies y de protagonista apocado con superpoderes. Como siempre les pasa a la buena gente de los animes, cuando no pueden atar todos los cabos de una manera original, tienden a ponerse metafísicos. Al final esto torna en una alegoría de cómo el ser humano se a acomodado en lo alto de la cadena trófica y las repercusiones morales que surgen cuando esta posición se pone en entredicho. Al impacto del gore y la crueldad inicial se termina diluyendo y acabas bostezando mientras cruzas los dedos para que el protagonista se muera de una puta vez y se acabe la serie.
DE YAKUZA A AMO DE CASA 2T (NETFLIX): Después de una primera temporada impagable, la segunda no se queda atrás. Repite los esquemas de la primera para bien y para mal. Apenas hay sorpresa, pero es admirable ver cómo siguen sacándole punta a la situación. En esta temporada empiezan a brillar los personajes secundarios y caes en la cuenta de que, tras lo que parece una animación bastante pobre, se encuentra la sensación de estar leyendo un manga página por página. Ojalá Netflix no haya cortado el grifo a esta serie. Sospecho que les costará más pagar la licencia que pagar a los animadores.
MERLÍ, SAPERE AUDE 1T (NETFLIX): Decepción sin sorpresas. Os juro que no esperaba mucho más de una secuela como esta. Es cierto que el personaje de Pol Rubio bien valía un spinoff, pero no una estirada de chicle como esta. Esto canta que los jóvenes ya no son tan jóvenes, y no escandaliza ver al protagonista comiéndose alguna polla que otra. Eso ya lo tenemos superado. En esta temporada parece que hay toda una sensibilización con las clases sociales. Sinceramente, no sé lo que pretenden. En cuanto al resto del reparto, el que repite parece que está ahí por recordar de qué iba esto, y el nuevo grupete de personajes carece del carisma del reparto original. Del lado de los docentes, a Melí lo sustituye una María Pujalte que deja claro lo que es tener un peso interpretativo frente a las jóvenes promesas. Eso sí, el tema del alcoholismo es un cliché como la copa de un pino. A ver si esto da un giro interesante en la siguiente temporada, porque por ahora es un quiero y no puedo.
PELÍCULAS
UN MAL VIAJE (2021): Hacía muchísimo tiempo que no veía una película de cámara oculta tan bien trazada. Lejos de los gags aislados, hay una película con un argumento algo manido, pero que con el sabor de que los extras no estaban actuando, la cosa gana enteros. Jamás he visto el show de Erick André, pero después de esta experiencia me apetece muchísimo echarle un vistazo. La comedia no deja de ser zafia e irreverente de maneras muy forzadas, pero quizás eso es lo que más sorprende: ninguna de las personas implicadas se huelen el pastel ¿Cómo es posible no reconocer a algunos actores principales y pensar que hay algo raro en que un gorila practique sexo oral con un humano DOS VECES?¿Cuántas posibilidades hay? Las sensaciones que me deja esta película es la de ver esas clásicas road trips gamberras que proliferaron en los 90s de la mano de Mtv. Tenacious D: The pick of Destiny, Wayne´s World, Las alucinantes aventuras de Bill y Ted o (la ya posterior) Resacón en las Vegas, dejan este retrogusto a palomitas de microondas, porros y piso de estudiantes que Bad Trip nos trae de nuevo al presente.
LIBROS
SÁTIRO – LAURA SÁNCHEZ BECERRA (2022): Ha sido un viaje de lo más emocionante.Hacía mucho tiempo que no leía novela erótica en papel, y siento que ha sido una vuelta a lo grande. Puede que la la ciencia ficción erótica no sea abiertamente popular, pero no he extrañado en absoluto el género. Quien haya visto Hentai, cómics de Richard Corven o películas como Heavy Metal, está más que curtido en estas batallas. Pero lo que plantea Laura Sánchez en Sátiro se aleja de los clichés eróticos de la ciencia ficción. No se centra en la fantasía erótica influenciada por razas con peculiaridades físicas explícitamente sexuales, sino que hace del contexto fantástico una excusa para presentar unas situaciones desgraciadamente más humanas de lo que quisiéramos. En la introducción del libro se sientan las bases para que nuestra visión como espectador vaya más allá de la actitud voayeur que se suele desarrollar en este género, en el que somos meros espectadores que carecen de visión crítica mientras sus expectativas eróticas se vean cumplidas. Si esa primera página no trajera a la memoria del lector que la esclavitud, el tráfico de personas y la explotación sexual son prácticas habituales derivadas de conflictos armados, es posible que nuestra percepción de los personajes fuera muchísimo más fría y alejada. A partir de ese punto el lector es mucho más sensible a la crueldad de las situaciones que se narran. En el protagonista (Sátiro) vemos una versión galáctica de Espartaco o del Máximo de Gladiator. Un preso de guerra convertido en esclavo y víctima de los caprichos de sus dueños. Primero como gladiador sideral y más tarde como juguete sexual de un proxeneta. Es curioso como el machismo y los tabúes nos empujan a que la imagen que podemos tener de un tipo grande y fuerte como esclavo nos lleve directamente a la arena de un coliseo, mientras que la esclavitud sexual está más asociada a figuras femeninas. Esta novela hace bien en darle la vuelta a la tortilla y descolocar al lector para que amplíe sus miras. De la misma manera, la figura de Ninfa como coprotaginista, no es la de una típica dama en apuros, sino el de una auténtica titana doblegada de la misma manera que Sátiro ante su captor. Demostrando así, que todos los sexos, edades y razas son débiles bajo el yugo del poder económico y político. Hay que hacer mención a cómo Laura retrata la dominación y la sumisión en sus faceta más sexual, pero también en la social y psicológica. Craster (el proxeneta) es el paradigma del amo con pies de barro. Tan inseguro como retorcido y tan frágil como cruel. Esto da a lugar a muchas escenas de BDSM que la escritora narra sin pelos en la lengua, pero con suma delicadeza. No es de extrañar que juegue con la sorpresa del lector haciendo surgir el romance entre escenas de azotes y violaciones. No desvelaré mucho más. Tan sólo advertiros de que no deis nada por sentado durante su lectura. Consumimos historias que nos empujan a conclusiones apresuradas y cómodas para nuestra percepción. Aunque leyendo Sátiro penséis que estáis en territorio conocido, no os confiéis. Así que no puedo hacer más que recomendaros su lectura. Tenéis la Versión Kindle por menos de 3€ o gratis con Kindle Unlimited en Amazon, y si no podéis leer sin tocar papel, por menos de 15€ podéis haceros con la edición física en la misma plataforma.
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